lunes, 23 de agosto de 2010

El paso de peatones, ese gran desconocido

Para la mayoria de conductores los pasos de peatones son esas rayas que se dibujan para hacer bonito en el suelo y romper la monotonía del asfalto, y que suelen coincidir en el espacio con esos aparatos infernales de las tres luces que se empeñan en que no llegue a tiempo a los sitios. Y en la mayoría de ciudades la cosa queda ahí y no da para más. Si alguna vez aparecen sin semáforo son vilmente ignorados por todo el mundo.

El problema aparece cuando de repente se llega a una ciudad eminentemente peatonal como es Ibiza. Aquí hay que cambiar la manera de pensar completamente. En toda la ciudad no habrá más de 6 semáforos pero está plagada de pasos de peatones y la gente del lugar se para para dejar paso, así que estamos ante una ciudad donde el tráfico se regula porque pasa gente por los pasos de peatones y genera huecos en el tráfico rodado. Curiosamente es un sistema que funciona muy bien durante la mayor parte del año, pero claro.. llega Agosto y con él conductores no adiestrados en la peculiar idiosincrasia vial de la ciudad que siguen con la doctrina imperante en el resto de España.


Precisamente me ha sobrevenido esta reflexión hoy mientras me estaba acordando de los familiares cercanos de uno de esos simpáticos conductores que ha querido saludarme pasando a escasos centímetros de mi cuando ya estaba a un cuarto de camino paso de peatón adentro a una velocidad que no podría denominarse de paseo. Lógicamente le he deseado de todo corazón paz y felicidad, y si pudiera ser durante una convalencia larga y reposada mejor.



2 comentarios:

Renaissance dijo...

Y como dicen las señoras mayores de mi pueblo: "¡Seguro que se dan prisa para llegar al bar de la esquina!"

Kasumi dijo...

Yo soy uno de esos peatones kamikaces que pasan por pasos de peatones sin semáforos. De hecho, es la única forma de que llegue al trabajo sin dar un rodeo tremendo en busca de alguno con semáforo y que funcione (llevamos más de un año con obras en la zona).

Al principio estaba asustadita. Ahora me siento mi abuela (o cualquier persona mayor de 70 años, que todos dicen lo mismo cuando les pides que esperen el semáforo): Yo tengo la prioridad, ya pararán ellos. Y, por suerte, no solo paran, sino que frenan para dejarme pasar antes de que ponga un pie en la calzada la mayoría de las veces.

Hay mañanas que me siento Moisés :D